En la tierra la sembró el sembrador

 

En la tierra la sembró el sembrador,

la semilla de tu pan, Señor.

Y después el viñador trabajó en buena lid,

y las tierras ven crecer las espigas y la vid.

El trigo se molió en el molino

rompiendo su cuerpo como tú.

La uva la pisó el hombre en el lagar,

igual que tú te dejaste pisar.

Y ahora, convertido en pan y vino,

tu pueblo lo ofrece en tu altar.

Conviértelos, oh, Dios, son frutos de tu amor,

en tu Cuerpo y Sangre, Señor.