Antes
Antes, cuando no escuchaba tu voz,
yo no sabia ni comprendía qué era amor.
Ahora, al conocerte, comprendí
que tú, mi Dios, estabas aquí.
Ahora comprendo que me amas
y nunca me olvidas,
me muestras la senda
cuando estoy perdida
y por otros caminos me alejo de ti.
Luz que me guía en la noche
y alumbra mis pasos,
cayado de acero
en que apoyo mis brazos,
que sólo contigo recobran vigor.
Antes, cuando llamabas a mi puerta
aunque te oía no la encontrabas
nunca abierta.
Ahora, mi corazón dijo que si,
que siempre abierta estará para ti.