Eres Tú  

 
Siento dentro de mí
un fuego que no se apaga
y cada día que pasa
me devoran más sus llamas.
 
Siento dentro de mí
el latido de tu alma,
la sonrisa de tu rostro,
la caricia de tu gracia.
 
Eres Tú
que te metes en mi vida
sin pedir casi permiso,
sin dejarme otra salida.
 
Eres Tú
el ladrón de mi agonía,
que me robas la tristeza
y me devuelves la vida.
 
No contento con tu obra,
mientras en la cruz morías,
me llamaste por mi nombre
y me diste a María.
"Cuídala- me suplicaste-
que Ella cuidará de ti",
y en ese divino instante
a tu Madre recibí.
 
Eres Tú
que te metes en mi vida
sin pedir casi permiso,
sin dejarme otra salida.
 
Eres Tú
el ladrón de mi agonía,
que me robas la tristeza
y me devuelves la vida.
 
Cuando al fin resucitaste
te hiciste el encontradizo
de mi cruel desconfianza
y mi amargo pesimismo;
tardo para comprenderte,
Tú me hiciste revivir
y mi corazón dormido
con tu Pan volvió a latir.
 
Eres Tú
la razón de mi existencia,
el recuerdo de mi olvido,
el fin de mi indiferencia.
 
Eres Tú
por quien muero y por quien vivo,
por quien siento lo que siento,
por quien ando este camino.
 
¡Oh Jesús, llévame siempre contigo!
Ya no importa mi pasado,
donde vas, allí te sigo,
ya no importa mi pasado,
donde vas, allí te sigo,
donde vas, allí te sigo