Lavame Señor     youtu.be/Yc9prvSpECU

Durante la cena se quitó el manto;
se puso a lavarles los pies para purificarlos.
No comprendían el significado de esta acción,
un lazo de humildad y misericordia.
 
Llegado el turno a Simón Pedro,
quien dijo: “A mí nunca me lavarás los pies”.
“Si no te lavo conmigo no podrás compartir”.
Fue lo que respondió el Señor y Maestro.
 
Lávame Señor junto a mis hermanos por favor,
pues ahora comprendo que esta acción purifica el alma.
Lávame, Señor, pues quiero estar limpio con tu amor
y yo a mis hermanos serviré según tu palabra.
 
Al terminar su acción se puso el manto,
sentándose a la mesa se puso a explicarles:
“¿Han comprendido que siendo Maestro y Señor
he venido a servirles como signo de mi amor?”
 
Entonces los envió a seguir amando,
sirviendo a los demás por reinos y naciones.
“Ser servidor no los hace menos que el patrón

y el enviado no es menor a quien lo enví